jueves, 17 de julio de 2014

¡Y llego y me presento!

¡Hola! ¡Bienvenidos a mi blog!

Aquí os voy a ir hablando de mis progresos en mi camino hacia los 57 kilos de peso. ¿Que cómo ha surgido todo esto? Bien, para empezar con algunos datos orientativos, soy una chica de 25 años, mido 1,69 m. y peso actualmente 65 kilos clavados.

Durante años me he mantenido en un peso estable entre los 59-61 kg, con la idea de que me sobraban "dos kilitos". Cuando abrieron un gimnasio low cost cerca de casa me apunté casi sin pensarlo (yo que siempre había criticado los gimnasios) y junto algunos cambios en la alimentación, principalmente dejar de comer tan a menudo precocinados, reducir el chocolate al mínimo y abandonar casi por completo las patatas fritas (mis dos perdiciones), conseguí bajar de 61 hasta los 57 kg, ¡y mantenerlos!.

He de decir que estaba orgullosa, me había disciplinado y con fuerza de voluntad había conseguido mi objetivo. Me veía no sólo en forma sino más atractiva, y lo más importante, de forma sana. Nunca antes había hecho ninguna dieta, y aunque me gusta practicar deporte lo hacía sólo de manera ocasional, sin seguir una rutina.

Después todo cambió: Con la (maldita) crisis, el desempleo, etc., me fui a trabajar a Alemania. Allí fue cuando comenzó el desastre nutricional. A pesar de que seguía con el mismo nivel de actividad física, o más, en sólamente año y medio llegué a pesar 70 kilos. He de reconocer que no me controlaba. Por un lado comía muchas veces en el trabajo: platos elaborados, ricos y gratis. Pero una bomba a nivel calórico, platos siempre hasta arriba de salsas, todos los días café con pasteles... Y al llegar a casa no era mejor, comparado con las comodidades que había tenido hasta entonces (hotel mamá) al llegar del trabajo lo que menos me apetecía era ponerme a cocinar. Así que más precocinados. Ah, y no sé cuántos kilos de patatas fritas y gominolas Haribo me habré comido en ese tiempo. Casi prefiero no hacer los cálculos. Espeluznante. Me he tenido que comprar ropa totalmente nueva, no entraba más que en algunas camisetas, que ya ni me favorecían.

Pasado ese tiempo volví a España, esta vez a vivir con mi pareja. Volví a mantener una alimentación decente en cuanto a cocinar nosotros, y comer razonablemente más sano. He seguido picando un montón entre horas, lo que ha ralentizado mi "recuperación", pero poco a poco voy controlándome. He bajado de los 70 a los 65 kilos, y aún me queda un largo camino para volver a mi estado anterior.

Así que aquí estoy, dipuesta a conseguir mi meta y a contarte los logros y fracasos durante el camino. ¿Me animas? Un abrazo y gracias por leer el tochaco entero.